Si algo tienen en común todos los niños, es que son impulsivos, charlatanes, les gusta jugar más que estar sentados en una silla y por lo tanto, no saben lo que es prestar atención.

Y no lo saben, no porque no sean capaces de prestarla, sino porque nadie les enseña desde pequeños a mantenerla. Les enseñamos a hablar, a comunicarse, a leer, a escribir, colorear, a contar… que son conceptos básicos y necesarios para su desarrollo en el proceso de enseñanza-aprendizaje, pero no les enseñamos a mantener la atención.

 Sí desde pequeños, les reforzáramos el mantenimiento de su atención visual y auditiva mediante fichas específicas, les ayudaríamos a ampliar su atención sostenida y esto, beneficiaría su paso académico y calidad en el aprendizaje.

      “Mejorar la Atención desde pequeños significa invertir en una buena Comprensión, para facilitar un mejor Proceso de Enseñanza-Aprendizaje”.

Junto a este entrenamiento visual y auditivo habría que tener en cuenta, el enseñarles un hábito y un adecuado comportamiento cuando están escuchando, realizando ejercicios o estudiando, que facilitará la reflexividad y no la inmediatez y la impulsividad.